La
lluvia por primera vez en mucho tiempo empezaba a inundar las calles en plena
noche, parecía que la tormenta no iba a parar en mucho rato, quizás era una
señal. Ella permanecía sentada en su oscura habitación con ese horrible vació,
notaba como si algo le faltase, a la vez, miraba al cielo aturdida, estaba
inquieta, nerviosa..
En
unos minutos llaman al timbre, ¿Quién podía ser a esas horas de la noche? Se
levanta y ágilmente se acerca a la puerta, abre.. No podía creer lo que estaba
viendo. Ahí estaba él, de pie, empapado, temblando..
Sin gesticular una palabra él se acercó sumamente a ella, en ese momento el enorme vacío que la acechaba esa noche se había desvanecido. Su dulce mirada se lo había hecho olvidar todo, estar a su lado era suficiente.
Él
lentamente acaricia su rostro, se acerca delicadamente a ella y le susurra unas
palabras al oído. Entonces, su corazón empezó a latir rápidamente.
Sin darse cuenta, sus labios empezaron a acercarse, y poco a poco sus siluetas fueron desapareciendo en la oscuridad de la noche..